"Vidas al límite", de Agnieszka Holland. 1995.
Está clara la dificultad que conlleva realizar una película que hable de dos personajes tan controvertidos históricamente como los poetas del XIX Verlaine y Rimbaud, eso no lo pongo en duda... Pero aún así... lo que ha hecho Agnieszka no tiene perdón de Dios. El guión de Chrisopher Hampton es bueno, tiene alma, fuerza, pero la dirección no sabe aprovecharlo... deja de lado toda la poesía de ambos personajes, toda su magia, y se centra en contar una historia que en ningún momento llega a emocionar, por la ausencia de eso mismo, de magia.
Los protagonistas Leonardo DiCaprio y David Thewlis están poco más que correctos, defienden sus personajes pero no ahondan en ellos, alguien tendría que decirle al DiCaprio que con fruncir el entrecejo no es bastante, y a Thewlis, que con poner boquita de piñón no basta para crear un personaje ambiguo. Junto a ellos, la para mi desconocida Romane Bohringer, logra aportar cierto toque de humanidad al conjunto.
En apariencia, la película parece un telefilm setentero de la BBC, esa es la impresión que causa al principio, y la impresión que se mantiene en su (demasiado largo) metraje. Lo más destacable, además del guión, la música creada por Jan A.P. Kaczmarek (ganador del Óscar por la entrañable partitura "Descubriendo nunca jamás").
En definitiva, una pena... tenía todos los ingredientes para haberse convertido en una obra tensa, dramática, potente, pero se queda en el intento, aunque al menos nos da a conocer los tormentos de ambos artistas, sus adicciones, sus pasiones... una lástima.
Los protagonistas Leonardo DiCaprio y David Thewlis están poco más que correctos, defienden sus personajes pero no ahondan en ellos, alguien tendría que decirle al DiCaprio que con fruncir el entrecejo no es bastante, y a Thewlis, que con poner boquita de piñón no basta para crear un personaje ambiguo. Junto a ellos, la para mi desconocida Romane Bohringer, logra aportar cierto toque de humanidad al conjunto.
En apariencia, la película parece un telefilm setentero de la BBC, esa es la impresión que causa al principio, y la impresión que se mantiene en su (demasiado largo) metraje. Lo más destacable, además del guión, la música creada por Jan A.P. Kaczmarek (ganador del Óscar por la entrañable partitura "Descubriendo nunca jamás").
En definitiva, una pena... tenía todos los ingredientes para haberse convertido en una obra tensa, dramática, potente, pero se queda en el intento, aunque al menos nos da a conocer los tormentos de ambos artistas, sus adicciones, sus pasiones... una lástima.
Puntuación en FilmAffinity: 6 (Interesante).
Lo mejor: El guión y la banda sonora.
Lo peor: Su frialdad, su falta de pasión...
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