Hay pequeños directores, directores normales y grandes directores. La diferencia entre unos y otros reside en el simple hecho de poder convertir la historia más aparentemente sencilla en una película mediocre, pasable o perdurable... Éste último caso es el de Peter Bogdanovich y su "Luna de papel", un clásico menor, no demasiado conocido, pero si respetado y valorado por la crítica. Una historia sencilla, sin grandes acontecimientos, rodada a modo de road movie y en blanco y negro, para aportarle un mayor encanto, y un áspecto mucho más oldie, estética que siempre le ha encantado a Bogdanovich. Una niña pierde a su madre, y va a parar bajo la tutela de un tramposillo de poca monta, quien la hace su compinche a cambio de llevarla a casa de su tía, juntos emprenderan un viaje lleno de pequeñas estafas, accidentes, persecuciones, encuentros y desencuentros, en el que se irán conociendo profundamente y entablando una preciosa amistad. Esta película le valió el Oscar a Tatum O'Neal, con tan solo 10 años, en el papel de la niña protagonista; pero a mi, esta vez, me gustaría destacar la interpretación de su padre (en la realidad) Ryan O'Neal, aquel jovenzuelo enamoradizo que nos hizo llorar a todos con su "Love Story", que en esta ocasión cambió radicalmente de registro para dar vida a un tramposo e inmaduro estafador lleno de ternura.
Una película sencilla, que pasa rápido, pero a la que le falta quizá algo más de emoción, ahondar un poco en la relación de ambos, o en sus vidas... Bogdanovich actúa como un mero narrador, pero sin participar de los hechos.
Puntuación en FilmAffinity: 7 (Buena).
Lo mejor: Ryan O'Neal, el guión y los personajes. Lo peor: Demasiado fría por momentos.
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