tirar un cepillo de dientes debería de considerarse un ritual
coger el cepillo, guardárlo en su atáud, llorarle, regalarle flores que nunca podrá oler (y nunca pudo oler)
y por último enterrarlo (la incineración la descartamos por lo contaminante del plástico quemado)
toda la tierra llena de pequeñas lápidas con vidas demasiado cortas
con fechas que no distan más de un par de meses entre si
adiós querido cepillo
él se ha llevado el gusto de los besos amargos
él ha borrado el paso del alcohol en una mañana de resaca
él te hizo olvidar aquella cena que engulliste por compromiso
él ha viajado contigo allá donde hayas ido
él te encubrió cuando tus padres no sabían que fumabas
él siempre ha estado a tu lado antes de cada primera cita
él...
nunca te falló
descanse en paz